Padre Humberto:
Hay momentos en nuestras vidas que quisiéramos que nunca ocurrieran, pero Ud., Sabe que el mundo da vueltas, que nada se detiene, que la vida continúa y que nuestra vidas están regidas por un destino y que Dios nos señala el camino que debemos seguir en pos de la meta que tenemos que alcanzar.
Dios ha dispuesto que su labor pastoral gire y gire y vaya de un lugar a otro para cumplir diferentes actividades; todas ellas para servir al creador y para servir a la Sociedad humana. Ud. Ya cumplió la labor, que su superioridad le encomendó realizar acá en nuestra querida Piura, Ud., ya colaboró con su trabajo educativo entre nosotros y puso en este corto tiempo toda su entrega a favor de la juventud salesiana; Ud. ya puso de manifiesto toda su enseñanza y dedicación en la formación intelectual de sus hijos adoptivos, Ud. Ahora nos deja tristes con su partida y la verdad que nunca olvidamos su amistad porque usted fue, es y será para nosotros un amigo, que hemos encontrado en nuestro camino del cual hemos recibido mucho para nuestra formación tanto intelectual como espiritual y moral
Al despedirnos tan solo le decimos de todo corazón: Gracias por todo lo que Ud. Nos ha brindado, gracias por ser nuestro maestro digno representante de Don Bosco. Que Dios le ilumine en su nueva misión, siempre le recordaremos, vivirá en nuestra mente, porque este no es un adiós es un hasta luego y ojalá algún día no muy lejano nos volvamos a encontrar en el alegre trajinar de nuestras vidas
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