Novena a María Auxiliadora

viernes, 21 de septiembre de 2012


P. Lorenzo, UN DON BOSCO ENTRE NOSOTROS 


Noventa años. FELIZ CUMPLEAÑOS -“Yo soy el que os ha elegido”. Eso es lo que dice el Evangelio porque, efectivamente, Él me ha elegido. El hombre de anteojos amplios, masculla –la voz lenta, monocorde- lo que ha dicho tantas veces con tono de quien luce convencido. Por momentos, cuando su voz emerge de las cuerdas vocales, se pierde entre pausas breves y repentinas. Sus ojos han visto los andares de la Piura de 1952, hasta hoy. Y además, vivido la efervescencia de la Segunda Guerra Mundial, en Europa. Ahora está sentado. Sobrevolando, imaginariamente, los noventa años de su vida. De Nizza Monferrato hasta la tierra del piajeno. Y sin embargo, deslumbra lucidez, vivacidad, sutileza. Cuando a éste hombre se le presenta algún problema que imposibilita hacer lo que Dios le ha enviado, sólo pronuncia dos palabras. Dos términos que, para él, significan fuerza. Un motor que lo ha impulsado estos 61 años como sacerdote al servicio de Piura: entusiasm
o y júbilo, pero en latín. *** -Mi familia fue pobre. Pero la unión nos hacía ricos. Hay muchas localidades en Italia. Una de ellas es Nizza Monferrato. Ésta es una tierra de aldeanos. Un terreno salpicado de granjas. Un territorio particular –pequeño- donde el 21 de septiembre de 1922 vio la luz el Padre Lorenzo Gambino Bronda. Llegó como muchos en este lugar, a una familia sin acomodos, ni riquezas, ni nada. Sólo estaba rodeado del calor de familia. De aquellas personas que le brindaron su apoyo en todo momento, incluso años después de haberse ordenado como sacerdote. El P. Lorenzo, ni siquiera tuvo la posibilidad de estudiar en una escuela privada (ni primaria ni secundaria). Tan sólo en una institución del estado. En un colegio sombrío que quedaba tras caminar varias cuadras desde su casa –con tejado, pequeña, rústica-. Por coincidencia –así lo dice- en el lugar donde aprendió a escribir, estaban los salesianos. Había todo un programa de ayuda para los muchachos. Era un momento de recreación, un lugar de estudio, de vivencia espiritual. Quizá eso lo animó al camino sacerdotal o, tal vez, una invitación que recibió por parte de un sacerdote con quien se confesaba. Y es que a él nunca se le vino a la mente que iba a ser ‘curita’, es más, le parecía chistoso; hasta que, (“de un día para otro”), le dijo a su mamá que quería ir con ellos –los sacerdotes-… que quería ser como ellos. “Y de ahí viene lo que dije al principio, y digo siempre, ‘Yo soy el que os ha elegido’. Esas son palabras que están en el evangelio. Y es por algo; porque efectivamente, Él me ha elegido para trabajar en su Reino”, confiesa el P. Lorenzo, varias décadas después.
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