Novena a María Auxiliadora

viernes, 30 de septiembre de 2011

Homilía del P. Félix López Vergaray SDB, con motivo de los 120 años de la llegada de los Salesianos al Perú

Con motivo de celebrarse el 27 de setiembre, la llegada al Perú de los Salesianos, se realizó en Piura el Congreso de Salesianidad, centrado en la figura del beato don Miguel Rúa, Primer sucesor de Don Bosco. Teniendo como ponentes a los Salesianos de Don Bosco P. José Antonio Pachas, y P. Pablo Medina.

El evento que reunió a los miembros de la familia salesiana se realizó desde las 8.30 a.m. y culminó a las 7 p.m., con la Santa Eucaristía presidida por el P. Félix López Vergaray, Director del Colegio Salesiano Don Bosco, actuando como concelebrantes el P. José Antonio Pachas y P. Casimiro Iraola.

Durante su homilía el P. Director, comenzó enfocando los pasajes bíblicos del XXVI Domingo, del tiempo Ordinario.

“…El primer episodio es cuando el Padre envía a sus hijos a trabajar a la viña y hay una respuesta; un sí y un no; pero en uno de ellos hubo el arrepentimiento. Queridos hermanos en la vida actuamos así; frecuentemente nos equivocamos, sea de palabra ó de obra, por eso es muy importante rectificar a tiempo. Muchas veces estamos nosotros sometidos a sostener la mentira, a sostener las equivocaciones, es decir buscar de un modo u otro ser orgullosos. A veces en esa terquedad vamos equivocándonos constantemente y caemos en el pecado. Saber reconocer nuestros fallos e intentar corregirlos es tarea de todos los días, porque cada momento debemos enfrentar realidades nuevas. En esto Don Bosco siempre inculcaba a sus jóvenes. Les decía: no te vayas a descansar si antes no has buscado de modo concreto tranquilizar tu conciencia; es decir equivocarse o hacer cosas buenas y hacer el propósito de rectificar lo malo o aumentar las cosas buenas.

Siempre se nos ha dicho que el examen de conciencia, el dolor de los pecados, el propósito de enmienda eran necesarios para una buena confesión. Lo más grave no es caer, sino el levantarse. Mientras seamos capaces de levantarnos a tiempo, las caídas dejan poca huella, pero cuando no somos capaces de levantarnos la cosa se complica.

En la vida espiritual pasa lo mismo más grave que pecar es permanecer en el pecado, no corregirse. El hijo bueno de la parábola fue el que supo corregirse a tiempo, porque fue el que hizo la voluntad del padre, el que de hecho obedeció. El que dice y no hace, es un mentiroso, es un hipócrita.

Nosotros en esta vida terrena queridos hermanos tenemos muchas oportunidades de buscar de hacer la voluntad del Padre; en el lugar donde te encuentres como padre, como madre o como hijo, como hija; cada día hay una oportunidad de hacer la voluntad de Dios Padre, concretamente en los que nos rodean. Y Jesús es más fuerte y más grave todavía, cuando dice que los publicados y las prostitutas nos llevan la delantera en el camino del reino de Dios; no porque sean publícanos, no porque sean prostitutas; sino precisamente por corregirse y dejar de hacerlo. Publicano quiere decir en aquel tiempo, aquel que cobraba impuestos, aquel usurero, aquel que buscaba ganarse fácilmente, aquel que hablaba mucho, pero no hacía nada, y las prostitutas eran la peor vistas. Sin embargo Jesús perdona a María Magdalena y al perdonarla ella se corrige y no vuelve a caer en el pecado. Y Dios, la premio también; dicen las escrituras que cuando Jesús se apareció resucitado, ella fue la primera en verlo.

Queridos hermanos hoy quiero compartir una pequeña semblanza de lo que estamos celebrando los Salesianos en el Perú. Este 27 de septiembre todos los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, también todos lo que son parte de esta gran familias Salesianos, especialmente aquí en Piura en la cual estamos reunidos estamos agradeciendo porque se cumplen 120 años de la llegada. Llegaron al puerto del Callao y poco a poco fueron entrando; la primera casa fue en el Rímac, luego en Breña, y luego fueron expandiéndose. Aquí en Piura estamos más de 105 años, en Febrero del 2012, cumpliremos 106 años de la presencia de los Salesianos.

El P. Inspector, Superior de los Salesianos en el Perú, nos recuerda que en las crónicas de la primera Casa Salesiana en el Perú, en el Rímac, el 27 de septiembre de 1891, llegó al Callao, puerto principal del Perú, el sacerdote Antonio Riccardi, venido de la Patagonia Argentina y destinado Superior de la nueva Casa, que se tenía que abrir en el Lima. Al día siguiente, llego el sacerdote Carlos Pane, el sacerdote Guido Terzuolo, el Coadjutor Juan Sciolli, y nueve Hijas de María Auxiliadora, Sor Ángela Piai, Sor Luisa Pompignoi, Sor Luisa Grassi, Sor Marcelina Zinelli, Sor Rosa Delvalle, Sor Teresa Zapparello, Sor Elizabeth Mayo, y Sor Luisa Ruatta. Un pequeño grupito queridos hermanos, que llegaron al Callao y sin embargo ellos han inundado luego esta espiritualidad. Han ido pasando luego muchos Salesianos, muchas hijas de María Auxiliadora, que han buscado de transmitir esa espiritualidad Salesiana. Estas pequeñas líneas solamente hablan de esa pequeña comunidad salesiana, dice pocas palabras insignificantes, para una obra que nació en el corazón de Dios y de la Virgen, para echar raíces profundas en la historia del Perú. Una semilla que ahora es un árbol frondoso.

Aquí en Piura tenemos dos obras, de los Salesianos y una obra de las hijas de María Auxiliadora. Tenemos el Santuario de María Auxiliadora con una gran devoción, que nos inculcó don Bosco, a esta Madre nuestra que nos cuida y nos protege. Tenemos también los Oratorios. Tenemos en la zona de Castilla tres Oratorios; en la zona de Medianos, en Cosío del Pomar, en Tacalá y otro Oratorio, en el mismo Santuario. Tenemos este colegio Salesianos don Bosco, que ha formado innumerables hombres que trabajan hoy en día en bien de la sociedad.

Hemos formado también padres y madres que juntamente con los educadores han ido formando estos muchachos. Tenemos también Salesianos que fueron a la zona oeste, a Nueva Esperanza, donde en un terral crearon un oasis en medio de esa ciudad: “Bosconia”, hoy se le conoce con ese nombre, en la cual hay también trabajos de Oratorio; no solamente uno; cuatro, cinco oratorios llevan adelante. Luego tenemos también el Centro médico, que es un bien también para tantas personas que lo necesitan, un Centro ocupacional un CETPRO, que ayuda también a los jóvenes de este lugar, a que sean mejores, para que sea unos técnicos calificados; tenemos también las Hijas de María Auxiliadora, hay un Centro también en beneficio de tantas jóvenes y de tantas personas que lo necesitan.

Un pequeño ejemplo queridos hermanos de lo que los Salesianos, las hijas de María Auxiliadora, los Cooperadores Salesianos están realizando en el Perú entero.

Estamos en la costa en la Sierra y la selva; movemos miles de personas; tenemos Casas de acogida para huérfanos, tenemos Institutos, tenemos Parroquias, tenemos Centro de Ediciones, tenemos también Pedagógicos, Tecnológicos. Todo ¿para qué?, no solamente para los jóvenes, sino en bien de la sociedad. Los jóvenes que a lo mejor en algún momento al encontraban cómo educarse lo encontraron en esta casa Salesiana. Es por eso que hoy día queremos agradecer queridos hermanos, porque Dios ha permitido, que los salesianos llegasen a Piura y hoy día tuvimos desde las ocho medio de la mañana, una jornada espiritual, conociendo la figura del beato Miguel Rúa; él fue el primer sucesor de don Bosco y él fue quien envió a la Salesianos aquí el Perú en 1891. Hoy día, gracias también a algunos hermanos que nos han compartido este mensaje de don Miguel Rúa estuvo con nosotros el Padre Medina, SDB, que ya se regresó Lima, el Padre José Antonio Pachas, que también es ex alumno de esta casa Salesiana, que también nos ayudan en esta exposición; tuvimos también al Hermanos José, Coadjutor Salesiano, que ha permitido también conocer su Carisma de Hermano Coadjutor; él no es sacerdote, es consagrado y está dedicado a trabajar en Bosconia.

Así somos los Salesianos queridos hermanos, buscando siempre de dar lo mejor. Queridos hermanos y hermanas, esto tampoco será posible sin la ayuda de ustedes, sin la ayuda de las autoridades que nos han permitido trabajar. Agradezco a la Alcaldesa de Castilla, presente en medio de nosotros, una autoridad que de un modo u otro representa a todos aquellos que han hecho posible que los Salesianos trabajemos y nos sintamos también apoyados por ellos. También hay que agradecer a todos los bienhechores que en el Perú entero han hecho posible que los Salesianos también llegasen a tantas personas.

Aquí en Piura tenemos grandes bienhechores que nos donaron terrenos, donde está el Santuario, donde está el Colegio, Bosconia; mencionarlos a ellos, sería injusto olvidarnos de algunos, para todos ellos va nuestro agradecimiento. Queridos hermanos esto no es nada, si no cumplimos lo que Dios nos pide. En primer lugar Dios nos ha pedido trabajar con los jóvenes; aquí están; un grupo de jóvenes, también están los niños del Colegio, muchos jóvenes animadores catequistas de los oratorios.

Nuestra razón de existir, nuestra razón de venir el Perú, es trabajar con los jóvenes y trabajando con los jóvenes también trabajamos con sus familias y trabajando con sus familias trabajamos para la sociedad.

Quiero agradecer en primer a tantos jóvenes y a tantas familias que han trazado este camino y que han entrado a formar parte de nuestra familia salesiana, a todos ellos nuestro agradecimiento.

En nuestra ciudad de Piura quiero agradecer a los Salesianos que han pasado también de esta vida terrena a la vida celestial y que sentimos siempre su presencia, comenzando con nuestro primer Director y todos los Salesianos que en su tiempo trabajaban, tenemos a Monseñor Octavio Ortiz Arrieta, el primer Director que está en camino a los altares. Es importante queridos hermanos encomendarnos a ellos, hay que orar. En Chachapoyas donde ha sido Obispo tiene fama de santidad; pero nosotros en el lugar donde nos encontremos debemos también encomendarnos. Imagínese cuando llegue a los altares cuán gran fiesta habrá aquí en Piura. Fue nuestro primer Director y así quisiera decir a todos pero nos faltaría tiempo y culmino con el Padre Humberto Chaves, el último Director juntamente con el Padre Pedro Dabrowski, director de Bosconia; también la hermana directora de las Hijas de María Auxiliadora.

Todos nosotros tenemos la misión de trabajar por los jóvenes, por eso queremos agradecer al Señor por este trabajo que han realizados los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, agradecemos a las personas que han sostenido y continúan sosteniendo también con ardor y sacrificio la Obra Salesiana. A todas las autoridades eclesiásticas y civiles a las congregación religiosas también que nos han dado la mano. Queremos agradecer a todos los bienhechores.

Y culmino con el mensaje que nos da el Padre Pascual Chaves con ocasión esto 120 años. Sigamos construyendo la historia de la congregación Salesiana y de las Hijas de María Auxiliadora, trabajando con los jóvenes y por los jóvenes. Trabajemos también con luz y esperanza ayudando a vivir con dignidad a nuestros jóvenes. También hagamos presente que debemos educar con una pasión. Sigamos educando especialmente inspirados a la luz del Evangelio y luego también nos pide aunar esfuerzos. No solamente somos los Salesianos, no solamente somos las Hijas de María Auxiliadora, son todos ustedes, queridos hermanos, que tenemos que ayudar a los jóvenes en su educación; desde la familia, desde los grupos, desde la sociedad misma.

Nosotros estamos como Carisma llamados a educar a los jóvenes. No nos detendremos seguiremos apostando por los jóvenes, porque sino apostamos por los jóvenes nuestra congregación no tiene razón de ser y especialmente brindemos a los jóvenes, dice el Rector Mayor, para preparar a esos jóvenes para la vida. Hoy día la vida es difícil, hoy la vida se ve complicada; nosotros como educadores preparemos a nuestros jóvenes para la vida que les toca llevar, especialmente hoy que muchos están dejando de lado a Dios, dejan de lado toda su espiritualidad, dejan de lados todos esos dones que el Señor les deja a través del Espíritu Santo.

Que María Auxiliadora, ella que indicó el camino de don Bosco y a Madre Mazzarello, que ella nos siga guiando y especialmente que nos sostenga en las dificultades que ténganos. Hoy como ayer debemos seguir siendo testigos y apasionados del amor de Dios hacia los jóvenes.

Queridos hermanos, queridas hermanas gracias por su presencia, gracias por que los Salesianos seguimos apostando por los jóvenes y que no solamente sean 120 años, sino muchos más y que el trabajo de hoy no solamente sean de los Salesianos, no solamente el trabajo de las hijas de María Auxiliadora, sino también el trabajos de ustedes. Ustedes ahora están invitados a seguir trabajando para que la espiritualidad de don Bosco y de Madre Mazzarello no decaiga, sino que se mantenga. Que Dios nos bendiga y nos sostenga en los momentos de debilidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario